miércoles, 23 de octubre de 2013

La familia

Como las niñas están de vacaciones en el colegio, se han venido con Isis y Carmen (la abuela) a conocer la ciudad de Tánger.
A mí, evidentemente me ha hecho mucha ilusión. Os dejo fotos que expresan todo...




domingo, 6 de octubre de 2013

Viva el autobús!!!


El otro día me dirigí a la parada del autobús para ir al trabajo.
El autobús que va a Tanger-Med sale cada hora, a las “en punto” de la Plaza de la Liga Árabem en el centro de la ciudad.
Pues bien eran las 07 y allí no aparecía ningún autobús. Podía esperar al siguiente, es decir una hora más tarde con el consiguiente retraso en el trabajo o buscar la opción de ir en taxi.
Como el día anterior ya había llegado tarde debido al asunto del cambio de hora, decidí que tenía que llegar a la hora sí o sí, es decir, opción taxi.
Pero claro coger un taxi en Marruecos no es lo mismo que en España. Los taxis que salen del casco urbano (y este era mi caso) son los Grands taxis y son compartidos. Me puse a buscar por tanto personas que quisieran compartir un taxi conmigo. Me dirigí primero a un francés que tenía cerca de mí. Respuesta: “Hacen falta 6 personas y mi barco no sale hasta las 10. Puedo esperar”. Vale, pues a buscar otros, me dije. Entonces pregunté a otro tipo, este marroquí. Respuesta: “el autobús vendrá. Prefiero esperar”. La segunda también en la frente. Ya me empezaba a poner algo nervioso porque veía que el tiempo pasaba y no solucionaba mi problema. Apareció un taxista y le pregunté cuanto costaba ir a Tanger-Med. Me respondió 150 DH, o sea 15 €. De repente apareció un joven y metió su equipaje en el maletero del taxi. ¡Bien me dije. Ya somos dos! Me dirigí entonces a un señor de unos 50 años. Respuesta. “yo espero al autobús”. Que ruina ya no había nadie más en la parada!!! El marroquí del principio y el señor de 50 años se pusieron hablar entre ellos y sorpresa! Escuché que uno le decía al otro que me conocía. Entonces me metí en la conversación. Tú de que me conoces, le dije. Pues de verte en los pasillos del puerto, somos colegas. Entonces fue cuando aproveché y les dije: tengo que coger el taxi, el autobús o lo que sea, tengo que estar en el puerto a las 08. Y aceptaron “para completar, como un favor”. El francés que había permanecido observando la jugadam aceptó y una señora que estaba con un carro de la compra completó el cupo.
Pero claro, hay no termina la experiencia. Meter a 6 personas más el conductor en un Mercedes de 30 años no es fácil. O sí. Según se mire con perspectiva marroquí o española. Delante va el conductor pero a su lado, en el asiento del copiloto entran 2 personas. Con lo cual quedan 4 para la parte trasera. El francés, que fue el último en entrar (y al que yo le tenía un poco de ganas) no podía cerrar la puerta por que no era capaz de entrar. Al final, alguien desde fuera dio el portazo y casi saca a la señora por el otro lado. Así como sardinas durante 45 minutos que dura el trayecto.

Nota el bus vale por persona 25 DH (los trabajadores del puerto no pagamos) y el taxi nos costó por persona 25 DH.

Viva el bus!!!!!
 

miércoles, 2 de octubre de 2013

El zoco

Para comentar lo que es el zoco de Tánger, necesitaría varios blog como este, ya que es una fuente inagotable de sorpresas.
Hoy me conformo con unas pequeñas pinceladas:
El pescado: Fantástico. Fresco y barato. Y muy variado. Yo he cogido la costumbre de comprar siempre en el mismo sitio. Eso provoca, o así lo creo yo, una cierta complicidad entre pescadero y cliente. Y supongo que como consecuencia, no me engañará y me venderá siempre lo mejor y a un precio más o menos correcto. Os puedo decir que los lenguados están a 80 dirhams, o sea, unos 8 €/kg. A mí ya me empiezan a salir por las orejas.
Otro de los productos que hoy he comprado es queso. Pero no un queso cualquiera. Se trata de un queso que hacen las mujeres de los pueblos y aldeas de los alrededores que bajan al zoco de Tánger a venderlos. Se llama Jeben y es este:




martes, 1 de octubre de 2013

El cambio horario en Marruecos 2013



El viernes pasado, día 27 de septiembre, me comentaron los compañeros: Eh! No te olvides, mañana se cambia la hora. Hay que retrasarla!
Perfecto. Además en la TV marroquí, pude ver un dibujito de un reloj en el cual las agujas del reloj corrían hacia atrás justo una hora. Pues vale, la cambiaré, me dije.
El mismo sábado leí en el periódico on line marroquí Le matin que el Gobierno de Marruecos había decidido que el último fin de semana de octubre iban a cambiar la hora de nuevo, como hacen muchos países para adaptarse al horario de invierno. Perfecto también.
Como esta noticia me provocó ciertas dudas, el domingo día 29 de septiembre confirmé por internet si la hora se había cambiado, cosa que así fue. Perfecto de nuevo.
Llegó el lunes y me fui al autobús que me lleva al trabajo. Noté que había bastante más gente que otros días, pero no le di mayor importancia. A la media hora de trayecto recibo una llamada en mi móvil: Eh! Te has quedado dormido!, me dice el amigo Chaib. Le respondo evidentemente que no, que iba en el bus y que en 15 minutos llegaba.
Que fue lo que me respondió? Pues que estaba llegando tarde. Que el Gobierno de Marruecos el mismo sábado, día oficial del cambio horario, había cambiado de opinión y que NO SE TENÍA QUE HABER CAMBIADO LA HORA, SE POSPONÍA PARA EL ÚLTIMO DOMINGO DE OCTUBRE.
Resultado: se me quedó cara de tonto y llegué una hora tarde al trabajo.